Mi tatarabuelo, nació al este del levante, al oriente de la península Arábiga. En el Sultanato de Omán.
Para conocer esta nación, que hasta el pasado mes de enero tras la muerte del Sultán Qabus pasaba relativamente desapercibida, hay que tener en cuenta que este Sultanato se crea a mediados del siglo XVIII, mientras que las tribus nómadas, deambulaban buscándose la vida por el centro y el norte de la península.
Al igual que mis antepasados, este país era tierra de comerciantes y navegantes, tanto o más que los portugueses que utilizando pilotos omanís “descubrieron” la ruta a la india, ruta que aquellos usaban hacia siglos. La ruta de la seda también atravesaba el país camino de Moka, el puerto Yemení por donde salía hacia occidente procedente de oriente, el café del mismo nombre, al igual que el Incienso, originario del propio Omán. Y todo gracias a la pericia marinera Omaní que dominaba el índico hasta china, y que tan bien aprovechara Vasco de Gama.
Así mismo hay que tener en cuenta su religión, la ibadí que ni es Suní ni Chií y es tan antigua o más que ambas, al ser consecuencia de la primera disociación del Islam. En realidad como le ocurre al vecino Yemen, las diferencias con los Saudies o Emiraties son más que las coincidencias. De hecho los llegan a considerar los “bárbaros nómadas del norte”.
En el siglo XIX cambia totalmente la historia en beneficio del imperio Británico que se instala como su protectorado desde 1891 hasta 1971. Inglaterra echa al imperio otomano para quedarse, hace y deshace fronteras, crea rencillas y guerras entre tribus, y se inventa a un héroe filántropo. Lawrence, que en realidad fue el perfecto títere de la corona. Tras la primera guerra mundial controlaba toda la zona, con el “Mandato de irak”, algo parecido al protectorado y la permanencia militar en Irán, además de la Anglo-Persian Oil Company, compañía que explotaba exclusivamente el petróleo. Por fin aparece la palabra mágica.
Más tarde, las independencias, las revueltas de todos los que en algún momento fueron súbditos han alterado el mapa, aunque el comercio y la macroeconomía no hayan cambiado tanto.
¿Qué es ahora el Reino Unido sin su hijo preferido del continente americano? Aunque no sepamos bien quien es el sado o el masoca…
Actualmente la injerencia de este país en el Sultanato es muy sutil, casi imperceptible, pero…

Fin de la primera parte. Continuará…